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sábado, 14 de julio de 2012

El Folklore está de luto

Se nos fue uno de los máximos exponentes de la recopilación e investigación etnomusical de Argentina.
Desde esta sencilla página quiero dejar mi reconocimiento eterno a quien fuera, a mi modesto entender, la más apasionada, eficaz y sincera investigadora, docente, y gran profesional en el camino que ella abrazaba, con total dedicación y convicción.
Graduada en la Universidad Nacional de Tucumán con el título de profesora en Filosofía, también licenciada en Ciencias de la Educación, Valladares comenzó a destacarse desde joven en el ámbito de la música.
Luego de incursionar en expresiones vinculadas al jazz, integró el grupo Folklóricos, Intuitivos, Originales y Surrealistas (FIJOS), para, en la década del '50, coincidir en París con la cantautora María Elena Walsh, con quien recorrió Argentina y Europa para presentar su obra
Desde hace años la escritora, poeta y cantora tucumana de 93 años padecía mal de Alzheimer y vivía en un hogar de ancianos, en la Ciudad de Buenos Aires, donde falleció. Había nacido en Tucumán en 1919 y en su adolescencia comenzó a ser reconocida por sus composiciones de blues, boleros, baladas y canciones para niños, junto con María Elena Walsh.
Una de sus obras cumbre editadas entre los años 1960 y 1974 fue una serie de álbumes testimoniales y documentales, "Mapa musical argentino", a cargo del sello Melopea, de Litto Nebbia. Valladares tiene en su haber además inmortales obras de la talla de "Igual rumbo, grito en el cielo" (1989), "Grito en el cielo II" (1990) y la impecable "América en Cueros" (1992), por la cual fue declarada miembro de honor de la UNESCO.
Supo ganarse la admiración y el respeto de quienes tuvimos la posibilidad de conocerla y de recibir sus observaciones y consejos, siempre sabios, oportunos y totalmente desinteresados.
Con ella, después de estos intensos y fructíferos 93 años, nos deja un ejemplo de dedicación a un objetivo, que ella abrazaba con total fervor.

Raúl Cortazar, Leda Valladares, Rubén Pérez Bugallo, María Rosa Pandolfo conformaron durante muchos años los referentes para las nuevas generaciones de investigadores del folklore más genuino.
Fue Raúl Cortazar quién afirmó las bases de la necesidad de rescatar las expresiones musicales y aquellos instrumentos en el propio contexto social en el cual esas expresiones aportaban un rico entramado sonoro y vivencial que merecía ser rescatado del olvido para acercarlo a un estudio serio y sistemático de nuestro folklore.
Leda Valladares tomó la posta dejada por él y se adentró en la geografía Argentina con el mismo amor y el mismo empeño que había demostrado quienes la precedieron.
Fue incansable interlocutora de cuanta persona se interesara por las expresiones musicales del Continente, incluyendo quien esto escribe, en su modesto departamento del centro de Buenos Aires.
Referente indiscutible de una generación de estudiosos serios que aportaron al folklore las bases estructurales que permitieron desarrollar estudios metodológicos y sistemáticos donde abrevar para una mayor comprensión de nuestras raíces.
Durante su vida aconsejó y acompaño el surgimiento de nuevos referentes en el campo de la investigación etnomusical como Rubén Pérez Bugallo, fallecido prematuramente el 10 de febrero del 2007, quién en poco tiempo se convirtiera en el más joven y tesonero investigador de nuestra música autóctona.
Este surgir de nuevas figuras en el entramado social de la investigación etnomusical, dentro y fuera de los claustros académicos, fue permanente y desinteresadamente cobijada por parte de la infatigable musicóloga, quién siempre tenía una palabra de aliento y consejos que los jóvenes atesoraban, en cada oportunidad.
En este homenaje a Leda no podía menos que hacer referencia a quienes la precedieron y sucedieron en la tarea de rescatar nuestras raíces musicales.
En el mundo de la expresión musical supo expresarse junto a otra grande como María Elena Walsh, por los años cincuenta del siglo pasado, con quién recreo un mundo sonoro que deslumbró a grandes y chicos y servirá, por siempre, como ejemplo de creatividad.
Para los jóvenes como Pérez Bugallo y María Rosa Pandolfo, estos grandes representaban el espejo donde mirar su camino a seguir, cumpliendo un mandato implícito en la genética histórica de nuestro pueblo.
Heredar tan enorme responsabilidad es un legado pesado y plagado de enormes desafíos, aspectos que María Rosa Pandolfo deberá sopesar y evaluar con su propia visión del compromiso adquirido con la ímproba tarea de continuar este camino.